Ayudo a personas que quieren hacer un cambio en su forma de alimentarse, abandonando la proteína animal y adentrándose en una cocina basada en el mundo vegetal, saludable, sabrosa y amable.
Si quieres saber cómo ha sido mi transformación, te invito a seguir leyendo…
Tengo el recuerdo de mí desde muy joven entusiasmada con la cocina, recortando las recetas de las revistas a las que mi padre estaba suscrito, preparando mis cenas de adolescente, horneando los pasteles de cumpleaños de la familia desde … ¿siempre? Pero la vida me llevó durante años por caminos que nada tienen que ver con la cocina y la nutrición.
Me licencié en Geografía, trabajé de secretaria de dirección durante años, llegaron los niños, me “invitaron” a dejar el trabajo. Cuando estaba embarazada por tercera vez, me planteé que quería volver a estar en activo. En aquel momento buscaba un trabajo que ayudara a los demás y estudié tres de las cuatro especialidades en Prevención de Riesgos Laborales.
Fueron dos años muy intensos, de trabajar duro en casa con los peques y estudiar a distancia y presencialmente. De preparar los exámenes con la pequeña al pecho, de combinar mi vida personal con mi sueño de aquel momento. Y… lo conseguí. Felicitaciones de mis profesores, mi acreditación como Técnico en PRL, un campo laboral en expansión en ese momento. Se convocaron oposiciones para el Instituto de la Salud y me puse a ello. Era mi oportunidad y trabajé duro durante casi dos años. Con mi material bajo el brazo me iba casi cada día a la biblioteca. Muchos días habiendo dormido solo unas horas. Los que tengáis niños pequeños sabréis bien de qué hablo. Era mi sueño. ¡¡Pero hay tantas cosas que no podemos controlar en esta vida!! Llegó la crisis, y con ella la congelación de las oposiciones. La sensación de fracaso fue muy grande. Años estudiando de madrugada, años soñando y de golpe, se acabó.
Muchos años de duro trabajo, mucha tensión y al final el batacazo. Dolores que estaban conmigo desde ya hacía años se agudizaron, en las manos, los pies, las articulaciones, un cansancio constante e invalidante… El diagnóstico de fibromialgia no tardó en llegar, y casi fue un alivio. Al menos “solo era eso”
Pero siempre me he definido como una persona con suerte. Y ésta vino en mi ayuda una vez más, cuando más falta me hacía. Había un restaurante vegetariano, (aún existe, y espero que por muuuchos años) en Barcelona al que mi pareja y yo teníamos costumbre de ir. Un día en una de las pizarras tenían escrito: “Talleres de cocina” Me interesé por esos talleres de cocina saludable-vegetariana-energética, se quedaron con mi contacto y cuando me llamaron corrí a apuntarme.
Mi alimentación hasta entonces era moderadamente desastrosa. Aunque yo creía que mantenía una coherencia y que me cuidaba muy bien. El acercarme a una alimentación basada en el reino vegetal, pero tan llena de matices, colores y sabores me ofrecía la oportunidad de saber qué necesitaba mi cuerpo en cada momento, por qué algunos alimentos me sentaban mal, porque otros no eran los mejores en según qué momentos y sí en otros. El comprobar que mi salud mejoraba me abrió todo un mundo.
Empecé a formarme de manera autodidacta, sobre el mundo de la alimentación saludable, sin dietas, sin culpas, sin etiquetas, solamente escuchando las necesidade de mi cuerpo, experimentando y leyendo tanto como podía sobre el tema.
En aquellos tiempos devoraba libros, revistas, entrevistas…Había descubierto un mundo fascinante y pronto me di cuenta de que aquella niña que aún guardaba los recortes de recetas tenía que hacer de su pasión su trabajo. Para ayudarme a mí y a personas que estuvieran en mi mismo caso.
Pero, ¿cómo empezar, cómo me podía formar? Ya no era una chavala, tenía una fuerte dedicación familiar y ninguna experiencia en el tema.
Me parecía que todo el mundo sabía más que yo, que todo el mundo había empezado a formarse mil años antes de que yo llegara a la alimentación y nutrición saludables. Que por mucho que me esforzara, el fantasma de mi fracaso previo no dejaría de revolotear sobre mí. ¿Valía la pena volver a intentarlo? ¿Había encontrado realmente mi pasión y mi lugar en el mundo?
Y así en 2015 empecé los estudios en Dietética Naturista y Oriental y Cocina Naturista y Terapéutica en el IFP Roger de Lluria, un centro referente en cocina saludable y naturista.
En 2017 terminé mis estudios de Cocina y Dietética Macrobiótica en ESMACA (Escola Macrobiòtica de Catalunya), donde aprendí muchísimo sobre la reacción de los alimentos en mi organismo y de cómo éstos pueden ser tus aliados en los procesos sanadores de cualquier índole.
Pero ahí una vez más tuve la sensación de que me faltaba algo en mi formación. Sabía bastante de nutrición pero como cocinera tenía muchas lagunas.
Y así decidí ponerme la chaqueta y el delantal blancos de una de las mejores escuelas de hostelería, la Escuela de Hostelería HOFMANN, realizando el Curso Integral de Cocina para profesionales. Algunas personas no entendían qué hacía yo en una escuela con una línea tan alejada de mi tipo de cocina. Pero lo que buscaba era aprender las bases de la cocina profesional. Sentía que no tenía sentido saber mucho sobre nutrición pero no ser capaz de presentar un plato sabroso y bien presentado. ¡Y una vez más acerté! Durante ese año aprendí a amar la COCINA, así, con mayúsculas, más allá del tipo de alimentación que sigas. Ya haría yo la trasposición a mi manera de cocinar, pero las bases son fundamentales.
Y como soy firme defensora de las mejoras continuas, realicé también cursos de cocina en la ESHOB (Escola superior d’Hosteleria de Barcelona) donde aprendí desde cómo cocinar bien una paella a cómo preparar un buen maki sushi.
Ya en 2015 me había lanzado y había creado mi proyecto empresarial, Més Que Verd, la teva cuina saludable. En los centros cívicos de la ciudad de Barcelona había demanda de profesores de cocina. Y así empecé a trabajar en la formación presencial.
Yo veía que mi trabajo tenía un impacto positivo en las personas que asistían a mis talleres. He conocido a tanta gente durante estos años… He sido tan afortunada de ver cómo mi forma de cocinar y mi manera de acercarme a la alimentación ha transformado a tantas personas de manera positiva, que me frustraba no poder llegar a más gente.
Sabía que tenía que ser valiente y dar un paso más grande, buscar la forma de poder ofrecer el fruto de mis años de formación y experimentación a quien lo necesitara. Pero no sabía cómo, y la zona de confort, aunque no te satisfaga del todo, sabe cantarte como las sirenas a Ulises.
Poder compartir mis conocimientos con muchas más personas, no importa cómo de lejos o cerca estén me parece un reto emocionante.
Poder ayudar a personas que están en situaciones por las que yo ya he pasado y poder ofrecerles ayuda, asesoramiento, acompañamiento y guía profesional me parece una compensación inmensa a cualquier bache del pasado.
En mi cabeza nacen montañas de proyectos cada día. Sé que toda la suerte que he tenido durante mi vida laboral, muchas veces en forma de profesor, de conferenciante, de chef, de mentor… ha llegado el momento de ponerla al servicio de los demás, a tu servicio. De dar lo mejor de mi misma, sin compararme, sin etiquetarme, siendo yo misma. De ofrecer mi viaje para que pueda servir en la transformación de la vida de otras personas, de la tuya.
Contacta conmigo y te ayudaré a descubrir qué es lo que realmente quieres y cuál es el mejor camino para conseguirlo.
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