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CÓMO APROVECHAR LOS TURRONES TRAS LAS NAVIDADES

recetas con turron


Si necesitas ideas para saber cómo aprovechar los turrones que no os habéis comido en navidad, estás en el lugar indicado. 

Cada año pasa igual. Se acaban las navidades y nos ha sobrado alguna pastilla entera, alguna apenas empezada… Nos da miedo quedarnos cortas, y al final nos hemos vuelto a pasar, nos hemos gastado una pasta y ahora no sabemos qué hacer con ellos. 

Puede que nuestros turrones empiecen una peregrinación por la nevera, de un estante a otro, hasta que pasen los meses suficientes para pensar: “ahora ya lo puedo tirar sin remordimiento, seguro que tiene la fecha pasada”.

Mi lucha contra el desperdicio alimentario también se extiende a estos los turrones, por supuesto, así que me he puesto a pensar y te traigo tres ideas originales para aprovechar esos turrones que nos quedan después de las navidades, antes de que rueden por la nevera durante meses para acabar en la basura. 

O nos los comamos sin disfrutarlos, por no tirarlos, encontrando que su sabor y textura ya no son más que una sombra de lo que fueron el pasado diciembre. 

Ah, y si eres de las personas que en navidad no se conforman con agasajar a sus invitadas con una bandeja de surtidos 

navideños, sino que te gusta hacer algún postre más elaborado, estas recetas también te irán de fábula.

Las tres tienen en común dos ingredientes: turrón de Jijona (mi favoritísssimo) y manzana. 

Te explico porqué: El turrón es un alimento muy denso, de esos que cuando acabas de comerlo necesitas… ¿qué? …. exacto, un traguito de agua. Está buenísimo, pero es muy concentrado, por eso combinarlo con fruta es una buena idea, ya que nos aportará esa humedad que no tiene el turrón.

Además, el usar fruta fresca en nuestros postres no permite usar poca o ninguna azúcar añadida, ya que la fructosa natural de las frutas ya nos aportará el toque dulce. Y ya que le vamos a poner turrón, que siempre lleva azúcar, pues no necesitamos seguir subiendo la dosis. 

Vamos con la primera propuesta:

Strudel de manzana con turrón de Jijona

Este es un postre con mucha historia. Sus orígenes están en el Imperio Otómano, ya que su antepasado directo son los baklava. Esos dulces de la cocina árabe tan crujientes y deliciosos. La incursión turca en lo que después fue el imperio Austrohúngaro dejó como legado en la cocina la costumbre de cocinar estas pequeñas delicias.

El primer strudel datado se cocinó en Viena en 1697 según consta en un libro de cocina manuscrito en la Biblioteca del Ayuntamiento de Viena y de ahí se fue extendiendo a los países cercanos.

La masa del strudel es muy similar a la masa del baklava. Una masa muy elástica, que se ha de estirar tanto que, según dicen los buenos cocineros, se debería poder leer el diario a través de ella. 

La receta que traigo se simplifica mucho, ya que usamos pasta filo. Y también la podríamos hacer en versión pasta de hojaldre.

El strudel más famoso y tradicional es el de manzana y en su relleno es donde vamos a “camuflar” el turrón de Jijona que no sabemos qué hacer con él. 

Por cierto, strudel quiere decir “remolino” y espero que te animes a hacer la receta y cuando la pruebes sientas un auténtico remolino de placer.

Más abajo tienes un botón de enlace para bajarte la receta.

La segunda propuesta viene en formato vasito.

Son unas natillas de turrón de Jijona también con frutas. 

En este caso trabajaremos por un lado las natillas (que en mi versión no llevan azúcar, ni huevos, ni leche de vaca, así que son aptas para casi todo el mundo) y por otro la fruta en el horno. 

Para las frutas, yo he empleado manzanas y ciruelas moradas. Pero puedes hacer otras combinaciones, según lo que tengas por casa, o esté a buen precio en la frutería. También funciona bien con peras, con plátanos, melocotones, albaricoques (dependerá de la estación del año en que te decidas a hacer desaparecer tus sobras turroneras)

Es un postre que entra solo. Es suave y la alternancia de las natillas con la fruta dan un toque dulce y un pelín ácido que enamora. 

Como merienda deluxe 🔝 también es un puntazo. 

La receta la tienes en el enlace de abajo.

Y llegamos a la última de las propuestas limpia-turrones. 

Esta sugerencia es mucho más simple, pero te puede ayudar a “deshacerte” no solo del Jijona, sino de cualquier otro que tengas revoloteando entre la despensa y la nevera.

Se trata de una simple compota, que puedes hacer con manzanas o una mezcla de manzana y pera como he hecho yo. Y el truco viene a la hora de servirla. 

Pones la compota (que quede sequita, no con jugo) en unos ramequines, vasos bajos o boles y los turrones los troceas muy pequeños y los sirves en una bandeja al lado, con unas pinzas o cucharitas, para que cada comensal se ponga como topping de la compota el turrón que quiera. 

Si sirves la compota tibia, mejor, porque se fundirán y queda espectacular. Aunque si está fría también queda bien. Será un topping más crujiente. 

En el enlace también te he puesto la receta de la compota, que es un básico de meriendas saludables o desayunos dulces pero no extremados. 

Ahora ya sabes qué hacer para aprovechar los turrones que quedan después de navidad.

Si te animas a hacer alguna de estas propuestas, puedes hacerle una foto y subirla a tus historias de instagram etiquetándome: mesqueverd_montsemedina, así la podré ver y me darás una gran alegría.

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